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lunes, 18 de junio de 2007

4 Regresé de Playa Blanca

La playa estaba fabulosa y casi desierta. No tuve que preocuparme ni esconderme de los humanos. Esto fué maravilloso porque no fué necesario usar el capote de invisibilidad para esconder mi presencia.

Los seres humanos no alcanzan comprender nuestra presencia en su planeta. Ellos siempre necesitan tener explicaciones a su nivel de entendimiento. Cuando nos ven, se quedan deslumbrados y se ponen a inventar un millón de cosas. Por esto es que nosotros casi nunca permitimos que ellos nos vean.

El agua estaba muy fría para nadar. Por eso pasé casi todo el tiempo caminando por la playa. Lo mejor de todo fué que no sufrí quemaduras de sol. Fué un dia extraordinario.

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